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Al olvido los trenes de Peña Nieto

Muchas cosas que han quedado al olvido. Foto: Notimex.

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Bien entrado el sexenio de Enrique Peña Nieto y ya casi por cerrar el cuarto año, los proyectos emblemáticos anunciados con bombo y platillo aquel diciembre de 2012, permanecen archivados, sin posibilidad alguna de ejecutarse.

Se trata del Programa Integral de Trenes Rápidos de Pasajeros, que comunicarían a la ciudad de Mexico con Queretaro uno, con Toluca el otro y a Mérida con Playa del Carmen el tercero, llamado transpeninsular.

Algunos hablan de un cuarto proyecto que involucrara a Guadalajara y las principales ciudades de su área.

Si era o no parte del proyecto, lo mismo da: todo quedó en el papel y el anuncio presidencial.

La primera cancelación vino en medio del escándalo. Recordará usted el caso del tren rápido Mexico-Querétaro que viajaría a 300 kilometros por hora y había sido otorgado a una empresa de capital chino.

El problema fue el tufo a corrupción, pues las tres constructoras mexicanas que iban en la polla eran, ni mas menos que propiedad del constructor favorito de Peña Nieto, el tamaulipeco Hinojosa, el mismo de los cien millones de dólares de los “Papeles de Panama”; GIA, la otra, es del cuñado del expresidente Salinas de Gortari y la tercera de Olegario Vazquez Aldir quien obtuvo —si no hubo cambios— el tercer canal de televisión nacional, que también languidece.

Cambiando un poco el tema, sería interesante una precisión sobre el multicitado tercer canal por los vericuetos que rodeo a la licitación.

Volviendo a los trenes rápidos el Presidente canceló directa y personalmente la licitación del Mexico-Querétaro, cuando el escándalo explotó.

Los otros fueron sepultados en una declaración del Secretario de Hacienda, en el marco de los recortes del gasto público anunciados casi semestralmente por la Federación.

Si los trenes rápidos de pasajeros eran o no rentables y necesarios, no sabemos. Nunca presentó el gobierno un estudio técnico y de factibilidad sobre ellos.

Fue un anuncio político del Presidente y era el emblema del sexenio de las famosas Reformas estructurales tan citadas en las declaraciones y ausentes en la practica.

Aparece de las Reformas la parte que ha beneficiado a los mexicanos: el costo del servicio celular y la anulación del roaming en lo que mucho tienen que ver los movimientos de las telefónicas de Mexico y Estados Unidos.

A lo largo del sexenio no ha habido proyectos de gran envergadura que sustituyan a los difuntos trenes rápidos presidenciales.

Y entre recortes, baja de precios, la sucesión presidencial encima, la crisis devaluatoria piadosamente llamada “depreciación”, todo indica que además del discurso en que Peña Nieto anunció los trenes, no habrá nada mas sobre ellos.

La apuesta sexenal, es como en todas sus crisis, al olvido. Como cuando la Casa Blanca y otros temas: que la memoria del mexicano falle y retire de la agenda ese tópico.

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