Trump iría del terrorismo verbal al terrorismo a secas

A menos de tres semanas de las elecciones presidenciales, Estados Unidos vive un clima enrarecido que hace recordar los viejos tiempos del panismo mas radical en México y temer que, a la desesperada, alguien pudiera provocar un acto sin sentido para provocar pánico colectivo.
La idea de ridiculizar posturas es la de crear pánico y violencia para revertir las tendencias de las encuestas.
Hoy por hoy, Hillary Clinton va adelante según unos por seis puntos, por once, según otros estudios.
Radicalistas de la observación política, sugieren que sólo un acto de violencia podría revertir tendencias. Y, obviamente, culpan al mesiánico Donald Trump de eventual instigador.
Se basan en sus discursos, en los de la usanza del viejo PAN mexicano, “si no gano yo, la elección fue truculenta”. “Me la robaron”, va diciendo desde ahora, como pronóstico a lo que puede suceder.
Lo cierto es que Donald Trump ha sembrado malestar, miedo, preocupación y enconos entre las clases sociales y políticas de Estados Unidos.
No pelea solamente contra los mexicanos y los latinos en general, sino contra musulmanes, mujeres, banqueros, medios de comunicación, veteranos de guerra, su propio partido Republicano, gobernadores y exgobernadores, Senadores y exsenadores, Congresistas y otros que ya desertaron molestos y en desacuerdo por las posturas de Trump.
El propio Presidente Obama se anticipó a lo que puede ocurrir cuando el martes 18, advirtió que el candidato Republicano lloriqueaba y era capaz de actos irracionales.
Cuando la deserción masiva republicana, se dijo feliz porque ahora podría hacer la campaña a su manera.
Esto es, de choque, bélica, con actos de guerra que pueden llevar a un acto terrorista como arma desesperada para voltear las tendencias de los electores e impedir la mas vergonzosa de las derrotas.
Trump parece dispuesto a pisotear la Democracia porque por Democracia, el entiende el atropello y la subordinación a y de los derechos de los demás, sin límites ni respeto.

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